domingo, 16 de octubre de 2011

El comienzo del ambient

El ambient comenzo con una percepcion, como podemos ver en esta anecdota (para algunos conocida), de Brian Eno.
En 1974 tuvo un accidente que lo dejó inmovilizado en el hospital durante unos días. Una amiga le llevó de regalo un disco, pero como el estéreo que tenía en la habitación funcionaba mal, no podía escucharlo. Así empezó a prestarle atención a los ruidos de alrededor: las camillas yendo y viniendo o la lluvia afuera. Y pensó: “¿Por qué no podemos comprar discos que hagan esta bella mezcla de sonidos?” Así, comenzó a concentrarse más en las texturas del entorno y a trabajar el sonido de manera tal que éste se funda con aquel, creando así una música sin jerarquías, sin oposición entre figura y fondo.

“Años atrás descubrí que el estudio se estaba convirtiendo en un instrumento musical. (…) Pero ahora estoy sorprendido con esta tendencia –impulsada por las computadoras– a quitar las cosas del terreno de la actividad muscular y colocarlas en el de la actividad mental. (…) Cuando la actividad muscular se vuelve inútil, el proceso creativo se ve frustrado. (…) El problema comienza con esa filosofía del diseño según la cual “más opciones” equivale a “más libertad”. Los diseñadores luchan con un problema que para los usuarios prácticamente no existe: ¿Cómo incluir la mayor cantidad de opciones en el menor espacio? (…) Las opciones de sofware proliferan muy fácil, demasiado en realidad, pues tantas opciones crean herramientas que no pueden utilizarse de forma intuitiva. Las acciones intuitivas limitan el trabajo minucioso a una parte del cerebro y dejan el resto de la mente libre para responder con atención y sensibilidad a la textura cambiante del momento. Con las herramientas creamos intimidad. (…) No puedes entablar una relación con un dispositivo del que no conoces los límites porque sin límites constantemente se está convirtiendo en algo distinto.”

(“La venganza del intuitivo” Artículo publicado en Wired, año 1999)

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